La magia de Abadía Retuerta

Hoy os traigo uno de los planes más mágicos y especiales a los que me han invitado nunca. Como ya sabéis soy una amante del vino, y es verdad que por mi sangre corre más Rioja que Ribera pero estos pasados reyes, Jota decidió regalarme algo diferente. 

Por todo lo que ha conllevado el COVID este año, hemos celebrado mis reyes ahora. Llegaron tarde, pero llegaron mejor que nunca. Jota me había dicho donde íbamos pero yo no quise meterme a verlo para que fuese todo una sorpresa. 

Desde Madrid se tardan apenas dos horas, lo que lo hace un destino más atractivo para nosotros los madrileños. Llegamos al hotel Abadía Retuerta L’ Domaine sobre las 17:00h y sólo con verlo, flipé.

Hicimos el check in y nos llevaron a la habitación, desde las dos grandes ventanas veías todo el viñedo. Desde luego, no podía pedir unas vistas mejores. Cuando la chica del hotel se fue, fui al baño y no me podía creer lo que estaba viendo, una bañera preciosa con vistas al viñedo!! Yo ya no necesitaba más, tenía una botella de vino, una bañera preciosa y una habitación espectacular. 

La habitación tiene muchísimos detalles especiales, queso de bienvenida, botella de vino, agua, sales de baño, jabones y geles que huelen de maravilla, incienso, etc. 

Esa noche cenamos en la Vinoteca del hotel, pedimos media tabla de quesos, media tabla de jamón y chuleta de vaca. Estaba todo buenísimo. Lo único, si vais a pedir una copa de vino, mirad antes el precio. Nosotros le pedimos al camarero recomendación y cada copa de vino costaba 16€, desde mi punto de vista no lo valía. 

En el hotel tenéis otro restaurante con estrella michelin, El Refectorio. Nosotros no fuimos porque yo soy bastante rara comiendo, pero todo el mundo nos ha hablado maravillas. 

Al día siguiente nos despertamos y fuimos a desayunar. El desayuno merece la pena totalmente. Hay una gran variedad y está todo espectacular. A la hora del aperitivo nos fuimos a Valladolid a comer. Aparcamos en el parking de poniente y fuimos de pinchos a Jero, La Tasquita y Monso. Los tres estaban muy buenos y bien de precio. El centro está lleno de bares de pinchos a los que podéis ir. A nosotros no nos dio tiempo a más. 

A las 16:00 h teníamos visita completa al viñedo de Abadía Retuerta. Te recogen en el hotel y vas en un jeep por toda la finca. Es super interesante cómo te lo cuentan, vas probando las diferentes uvas y viendo los diferentes tipos de suelo para cada una de ellas. Al final, tienes para probar todos los vinos de Abadía Retuerta (en total 6). En mi opinión hay muy poco tiempo para beber tanto y no te ponen nada de picar. 

Por la tarde volvimos al spa y nos fuimos a cenar a Valladolid. Cenamos en Griller Chef. La carne estaba espectacular. Eliges tu la pieza y el punto al que quieres la carne y te lo hacen genial!

Al día siguiente disfrutamos de nuevo del desayuno y de la habitación. Ha sido uno de esos findes en los que te alegras de trabajar tanto y de disfrutar tanto las cosas. Un finde absolutamente mágico. 

Si tengo que valorar este viaje os digo que el hotel lo recomiendo 10. Tiene mil detalles geniales y es increíble. En cuanto a los vinos y la visita a la bodega. No estoy acostumbrada a que me cobren 16€ por una copa de vino. Desde mi humilde opinión, creo que hay vinos buenísimos muchísimo más baratos. Como cata, me quedo sin dudarlo con la de Luis Cañas, son 26€, te lo cuentan con un cariño y una cercanía increíble, vas probando vino desde el comienzo y terminas con un vino especial y una tapa.

Por supuesto todo depende del gusto de cada uno. 

Espero que este post os haya gustado y os anime a celebrar alguna alegría ya sea con amigos, familia o pareja. 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto:
search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close