Hoy os traigo un plan bastante tranquilo y que os recomiendo, después de la experiencia, que lo hagáis entre los meses de marzo – octubre por el frío.
Después de la situación que estábamos viviendo y que tampoco queríamos pegarnos una paliza con el coche para dos días, decidimos irnos a Carabias, un pueblecito a 10 minutos de Sigüenza.

El primer día, de camino al hotel, decidimos parar a comer antes de llegar. Paramos en el Mirardor del Dulce, está situado en el pueblo Pelegrina. Es un sitio muy bonito, el salón tiene un ventanal enorme que te permite apreciar las preciosas vistas – una ruta entre dos montañas acompañadas por un riachuelo. Comimos fenomenal, estaba todo buenísimo. Pedimos un pincho de tortilla, un torrezno, entrecot y cordero por 60€.
Si estás por la zona te recomiendo ir a comer 100%, y si puedes, hacer una ruta. Había varias de diferentes distancias y todas tenían buena pinta. También puede ser buen plan salir de Madrid un día prontito e ir a pasar el día allí y terminar comiendo en el restaurante.
Después de comer fuimos para el hotel – Hotel Sigüenza Cardamomo, situado en el pueblo de Carabias. El hotel es muy perruno, el dueño tiene a su galgo dentro del hotel. Tiene bastantes habitaciones y un salón muy agradable en la parte de abajo. Si hace buen tiempo también tiene jardín.
Salimos a dar una vuelta, el pueblo es muy pequeño y muy muy bonito. Parte de las casas están abandonadas y otra parte están reconstruidas. Para cenar, decidimos quedarnos en el hotel, necesitábamos descansar. Cenamos una tabla de quesos (muy grande), una crema de calabaza, unos espárragos trigueros con brie y una tarta de almendra por 44€.
Al día siguiente bajamos a desayunar, está muy muy bueno. Vienen varios tipos de panes, croissant, embutidos, fruta, yogurt, mermelada, tomate, miel, nutella, zumo de naranja y café.
Fuimos a Sigüenza para visitarlo. Empezamos por la catedral, de ahí bajamos para abajo por la calle Serrano Sanz. Giramos a la derecha y la bordeamos, volvimos a subir por las afueras donde se podían apreciar unas vistas preciosas de la catedral. Entramos por un arco que te llevaba directamente a la Plaza Mayor. De ahí podéis subir por la calle Mayor, casi arriba del todo os encontraréis con la Iglesia de Santiago. Si seguís subiendo podréis ver el castillo, donde está el hotel Paradores, ahí podéis pasar la noche o reservar para comer/cenar.
Podéis volver a bajar por la Calle Mayor y a la altura de la iglesia de Santiago girar a la izquierda en la calle Travesaña Alta, donde se encuentra la Iglesia de San Vicente y de frente la Casa del Doncel, donde está el restaurante de Estrella Michelin Nola Restaurante.

Si seguís por esa calle os encontraréis la Plazuela de la Cárcel y de frente la Puerta del Hierro. Al pasar el arco, bajando la cuesta, pasaréis por el Arco del Portal Mayor. Una vez lo paséis, giraréis a la izquierda para bajar por la calle Valencia y veréis de frente la fuente de los cuatro caños. Una vez hayáis bajado la calle Valencia, si giráis a la derecha, volveréis a encontraros con La Catedral.
Para tomar el aperitivo, bajo ningún concepto os recomiendo los bares que hay en la plaza mayor, iros a otro. La calidad de la comida y bebida es pésima.
Para comer nosotros decidimos ir a Atienza al restaurante Alfonso VIII. El pueblo de Atienza es muy bonito y comimos super bien en ese restaurante. El servicio era muy bueno y la calidad también. Comimos huevos rotos – espectaculares, y de segundo, un solomillo, un rabo de toro y de postre coulant, todo increíble. Pagamos 64€.
De camino a casa pasamos por Palazuelos, un pueblo super bonito al lado de Carabias. Por la tarde estuvimos en el hotel y cenamos ahí mismo también, esta vez ensalada de tomate con burrata, lubina y tarta de queso. Pagamos 33€.
Al día siguiente nos fuimos pronto para Madrid. Había sido un viaje de mucho descanso que nos hacía falta.