Las Playas del desierto Fuerteventura

Por fin, después de tanto tiempo sin viajar, nos tomábamos un respiro, cambiábamos de aires, íbamos a ver el mar. 

Entre cervezas y vinos, surgió irnos a un destino que aún no conocía y que tenía muchas ganas de conocer, Fuerteventura, conocida por sus eternas playas, aguas turquesas y el surf. *NOTA IMPORTANTE: Para todos aquellos que tenéis alergia a los ácaros del polvo y sois asmáticos, no es vuestra isla.

Llegamos a la isla a las 11:00h y fuimos a coger el coche. Por temas de descuento de trabajo cogimos Europcar, pero en Canarias está Cicar de la cual yo soy super fan. 

Ya que estábamos, más o menos en el centro de la isla, decidimos ir a Cofete. Nos habían contado que esta playa era la más bonita de Fuerteventura, y teniendo en cuenta que nosotros dormíamos en el norte, o aprovechábamos ese momento o no íbamos. Las distancias en la isla son bastante grandes y de norte a sur puedes estar 3h en el coche. 

Fuimos por toda la costa hasta el sur, desde el coche veíamos desierto y playas interminables de agua turquesa. El sur es más turístico con hoteles y urbanizaciones. Para llegar a Cofete hay un buen tramo de carretera de arena hasta llegar a la playa. En la playa no hay restaurantes, ni chiringuitos ni tiendas, por lo que os recomiendo llevaros comida y mucha agua. 

La playa es enorme, preciosa y salvaje. No se llena de gente y lo grande que es te permite estar tranquilo y en paz. Hay kilómetros para que te pierdas andando en ella. 

Por la tarde, nos fuimos hacia Lajares, un pequeño pueblo situado al norte entre Cotillo y Corralejo, con un ambiente bastante surfero. Fuimos a cenar a Agua Tiki, tienen terracita con buena música, cocktails y la carta es bastante variada, desde tacos, noodles, hamburguesas, nasi goreng, etc. Calidad precio está bien, eramos 6 personas y pagamos 98€ por la cena. 

Al terminar nos fuimos a casa, habíamos alquilado una casa a las afueras de corralejo que os recomiendo. Tenía tres habitaciones y dos baños con una terraza muy amplia. 

A la mañana siguiente habíamos reservado el barco para ir a la isla de lobos. Los barcos salen desde Corralejo. Nosotros habíamos reservado en Fuerte Charter para salir a las 10:00h y regresar a las 16:30h. El billete de adulto son 15€ y tardas más o menos 15 minutos en llegar. 

Antes de ir al barco, fuimos a desayunar a New Bakery Cafe en Corralejo. Abre prontito, la comida esta muy buena, el café lo hacen delicioso y es baratito!

Al llegar a la isla, lo primero que hicimos fue reservar en el único restaurante que hay. En cuanto llegas vas al sitio a reservar, te toman nota de lo que vas a comer y cuando llegas te lo tienen preparado. Nosotros comimos paella. La comida es bastante de batalla, nada deliciosa ni sorprendentemente buena, pero alimenta. Es bastante barato, nos costó a los 6, 72€, por lo que por lo menos sientes que no te clavan un puñal. 

La isla es preciosa, las playitas que hay son de agua turquesa y super tranquilas, a mi me recordó mucho a Menorca. Pasamos una mañana en la gloria, al sol y bañándonos. Después de comer, pudimos disfrutar de una siesta al sol antes de coger el ferry de vuelta. Importante: Echaros crema o saldréis abrasados como yo.

Por la tarde, cogimos el coche, compramos unas cervecitas y nos fuimos dirección Cotillo hacia la playa de Esquinzo. La playa me encantó, mucho más que Cofete, bajas el acantilado y está lleno de surferos y buen royo. El color de la arena y los contrastes con el acantilado y el mar le daban una luz super especial a la playa. Ya casi al atardecer nos fuimos a cenar a Platanera en Corralejo. El sitio estaba muy bien y la comida estaba buenísima! Era más caro que el resto, pero calidad precio estuvo muy bien. 

Al día siguiente volvimos a desayunar en New Bakery Cafe, nos gustó mucho 🙂 y después de desayunar fuimos a la playa de las dunas de Corralejo. Hasta llegar a la playa hay que cruzar por las dunas blancas, y de repente, ves el agua turquesa del mar y los kilómetros de arena blanca, parece que estás en el caribe. Cuidado otra vez con el sol porque pega muchísimo. 

Para comer, nos fuimos a Cotillo, El Roque de los Pescadores, la comida estaba bien, pedimos pescado y carnes, no era para tirar cohetes pero estaba buena. Por la tarde nos fuimos a la playa de las Escaleras, muy cerquita de la playa de Esquinzo. La playa es espectacular, preciosa, había muchísimas olas que le daban un ambiente precioso y salvaje. Para meterme en el agua lo tuve que hacer con muchísimo cuidado porque tiraban muchísimo para dentro las olas. Disfruté muchísimo de la playa, me pareció preciosa. 

Para cenar, nos fuimos a andar por Corralejo y terminamos en un restaurante, Avenida Corralejo, bastante apartado del centro, donde no había ambiente pero donde comimos bien y a buen precio. 

Al terminar, nos fuimos a casa, ¡estábamos agotados!

Al día siguiente tocaba levantarse prontito, desayunar e ir al aeropuerto de vuelta a casa. Nos había sentado fenomenal cambiar de aires, que nos diese el sol y bañarnos en el mar. 

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