Después de un cambio muy fuerte en mi vida y un tiempo sintiendo mucho dolor, necesitaba hacer lo que mas me gusta, una aventura.
Hacia tiempo que tenía ganas de conocer la Costa Brava, y que mejor que el puente de octubre para descubrirla. Busqué en internet para hacerme un tramo andando y encontré lo que buscaba, el Camino de Ronda desde Sant Feliu de Guixols hasta Begur, 45 km descubriendo los rincones de esta preciosidad de lugar.
Durante este viaje tan especial, de andar, pensar, disfrutar de la naturaleza, cuidarme y pensar en la vida me acompañaron mis chicas, Berta y Vira.
LA RUTA:
- Día 1: Viaje Madrid – Sant Feliu de Guixols en coche
- Día 2: Sant Feliu de Guixols – Palamós ~ 18 km andando
- Día 3: Palamós – Llafranc ~ 11 km andando
- Día 4: Llafranc – Begur 17 km andando
- Día 5: Begur – Sant Feliu de Guixols – Madrid en coche
EL VIAJE:
Día 1: Madrid – Sant Feliu de Guixols
Después de un día de trabajo a las 15:00h había quedado con tres personas para llevarles hasta Barcelona en Blabla Car y yo continuar hasta Sant Feliu de Guixols.
Tuve una suerte increíble, los tres fueron maravillosos y, a pesar de lo largo que es el viaje lo hicieron lo más ameno posible. Les dejé en Barcelona y yo continúe hasta mi primer destino, Sant Feliu de Guixols.
Era tarde y yo estaba muy cansada de tantas horas de coche. Emocionalmente empecé a decaer y mil sentimientos afloraban en mí. Conseguí llegar y aparqué el coche. Carme, la chica del Hostal Chic vino a por mi, pero decidí ir andando hasta el sitio para sacar a las perras.
Al llegar al hostal me puse feliz, el sitio era precioso. Tienen un restaurante abajo y todo el staff me recibió, tanto a mi como a las chicas súper amable. Carme me enseño mi habitación, era preciosa, con todos los detalles cuidados y un balconcito con muchísimo encanto. Dejé las cosas y bajé a comer algo.
Como era tarde me prepararon unas bravas y me tomé una cerveza. Estaba todo buenísimo y todos eran encantadores, me sentía en casa. Después de cenar me subí a la habitación, estaba feliz y orgullosa de mi misma de haberme lanzado a hacer este viaje.




Día 2: Sant Feliu de Guixols – Palamós ~ 18 km andando
Me desperté a las 8:00h, hoy tenía por delante el día de ruta más largo y no quería ir con prisas o que se me hiciese tarde. Bajé a sacar a las perras y fui a desayunar a La Marquesina.
La mujer que me atendió era encantadora. Desayune un café con leche y un bocadillo de pan de cereales con tomate y jamón, estaba buenísimo. Además, me pedí otro para llevar por si acaso me entraba hambre o no llegaba a la hora de comer. Me costó todo 9,20€.
Recogí mis cosas y empecé la ruta. Salí dirección a la vía ferrata Cala del Molí, para todos aquellos que os gusten las vías ferratas os la recomiendo, tenía una pinta preciosa. Continué el camino hasta S’Agaro, la ruta estaba siendo muy bonita, con rincones preciosos. Paré en S’Agaró a hacer un descanso y tomarme un nestea, el pueblo era tranquilo.




Todavía me quedaba mucho camino, así que continue. Esta zona del trayecto estaba muy transitada, había mucha gente haciéndola, pero aun así me pareció preciosa. Al rato llegué a la Platja d’Aro, tuve que bordear el puerto y se me hizo bastante pesado, además, la playa en sí me pareció bastante fea al igual que el pueblo. Todo muy masificado y turístico. No me paré y continue el camino.
El siguiente tramo hasta Sant Antoni también fue bastante bonito y con un montón de rincones de agua turquesa. Llegamos a Sant Antoni, ya no podíamos más, estábamos super cansadas. Una vez más el pueblo muy masificado y no me parecía nada del otro mundo, así que llegó el punto que sólo queríamos llegar.




Sobre las 15:00h, llegamos a Palamós y a nuestro Airbnb. ¡Qué maravilla! La casa era INCREIBLE y Melissa y su perrita una monada, hacían que la casa transmitiese mucho más encanto y buena energía.
Melissa me preparó un té y la comida, estaba buenísima. Me sentía como en casa, estábamos las tres encantadas de haber llegado a un sitio tan bonito en tan buena compañía. Estuvimos hablando un buen rato y ya por la tarde me duché y salí a dar un paseo por el pueblo.
Me senté en Vermutería Bon Vent. Intenté sentarme en una vinoteca que había al lado con muy buena pinta, La Barbería, pero justo tenían una cata de vinos y estaba todo lleno.
Me pedí un vino tinto y fuet. Me trataron fenomenal y estaba todo muy bueno. Pagué 14,9 €. Me fui a darle la última vuelta a las perras y a casa. Al llegar Melissa estaba ahí, nos hicimos un té y preparó palomitas. Estuvimos hablando un buen rato, ella es encantadora.
Me fui a la cama muy contenta y orgullosa de nuestro primer día de caminata, de haberlo hecho con mis chicas y seguir sumando experiencias.




Día 3: Palamós – Cala Palafrugell ~ 11 km andando
Nos despertamos a las 8:00h, yo estaba agotada, no quería salir de esa cama tan cómoda. Saqué a las chicas un paseo cortito y volví a subir a la cama hasta que Melissa me preparó el desayuno.
¡Qué maravilla! Me hizo una crepe con plátano, un café, piña y naranja. Estaba todo buenísimo. Desayunamos juntas y me fui a recoger mis cosas. Al final entre hablar y recoger salí de casa a las 10:00h.
Salimos dirección Cala Margarida, había mucha gente en el camino. Llegamos a Cala de la Fosca y paramos a tomar un café y a descansar un rato, hoy el día me lo tomaba con tranquilidad.
Seguimos dirección Cala de Castell y todo el rato había gente en el camino, la cala era súper bonita y no estaba para nada llena de gente. Continuamos sin parar, empezaron las subidas y bajadas por la montaña.



Llegamos a Playa Cala Estreta y paramos un rato a disfrutar de los rayos del sol que salían de vez en cuando. Pensaba que lo duro ya estaba hecho y no quedaba casi nada de camino, pero estaba muy equivocada, me esperaba la peor subida. Seguía el camino por las playas y justo pasada la Cala del Crit empezó la subida del infierno, eso no acababa nunca. Después de 1 km de subida llegamos a Cala el Golfet, ¡qué bonita!
Continuamos por el Camino de Ronda, ya no quedaba nada para llegar y el camino era super bonito, veíamos Cala Palafrugell a lo lejos. Por fin, llegamos.

Tenía una reserva en el Hotel Alga, era de los pocos que había encontrado que admitiesen mascotas. Hicimos el check in, en la habitación me habían preparado comedero y bebedero para las chicas además de unas chuches.
Nos duchamos y bajamos al restaurante. Esto es bastante gracioso, no las dejan pasar al restaurante, pero te puedes poner en las mesas de fuera y cuando sales a las mesas de fuera te dicen que la carta tiene que ser del bar y no del restaurante. Pues bueno, me comí una hamburguesa buenísima.
Subimos a la habitación a echarnos la siesta y por la tarde salimos a dar una vuelta por el pueblo. Estaba todo abarrotado, llegó un punto que me agobié de la cantidad de gente que había, me apetecía tomarme una copa de vino tranquila.
Encontré una mesa libre en Can Palet, pedí una copa de vino tinto. Ese vino no valía ni para fregar el suelo, ni lo probé, pagué y me fui. Seguí andando y encontré una mesa en el hotel mediterráneo, pedí otra copa de vino y me la pude beber disfrutando de las vistas al mar.
Al terminar me volví al hotel, me pedí una cerveza y nos fuimos a dormir, estábamos muertas de cansancio, mañana nos esperaba nuestro último día 😊
Día 4: Cala Palafrugell – Begur ~ 17 km andando
Antes de empezar a contaros este día, me gustaría deciros que os recomiendo que hagáis el tramo hasta Fornells, y no hasta Begur.
Me levanté cansada, pero con una positividad increíble, era el último día. Desayunamos en cuanto abrió el sitio, pagamos y nos fuimos.
A las 9:00h ya estaba saliendo hacia Llafranc, la luz de la mañana hace los sitios mucho mas especiales. Al pasar Llafranc, empezó la subida. 2 km de subida por la carretera. Me encontré a una pareja con la que iba hablando y viendo por donde ir. Al llegar al faro nos metimos por el camino y continuamos por el campo. Hay muchos caminos de ronda y yo creo que la mayoría te llevan al mismo sitio. El que nosotros decidimos tomar en ese momento se metía hacia el interior un rato hasta llegar hacia Cala Pedrosa. ¡Qué bonito! Nos atrapaba la vegetación, y de repente una cala virgen ante nosotros.
Paramos a beber y a descansar un poco, llevábamos 6 km. Al poco rato seguimos andando, me despedí de la pareja y comenzamos la subida de nuevo. El tramo hasta Tamariu es absolutamente precioso, igual que la misma playa, tiene unos colores turquesas que enamoran. Llevábamos 8 km, yo pensaba que lo peor había pasado así que decidimos parar a tomar un Nestea. Nos relajamos y descansamos y continuamos con nuestro camino.




Fue en este momento en el que me perdí del Camino de Ronda, me guiaba por un sitio que no entendía, así que decidí seguir la carretera hasta la playa de Aiguablava. Subida, subida y mas subida hasta que por fin hubo bajada. Todo este tramo fue por urbanización, menos mal que las casas eran preciosas y el camino también.
Por fin llegamos a la playa, que bonita era, los colores del mar te atrapaban. Para todos aquellos que os gusten los paradores, hay uno en la playa, os dejo el link. Paramos a beber agua en la playa y continuamos a Fornells.
Este tramo del camino era súper bonito pegado a la costa. Llegamos a Fornells al poco tiempo y había un montón de calitas de agua cristalina. Fue aquí donde llegó mi duda. Me debería haber quedado en Fornells.
Eran las 13:00h y aun podía seguir, pero no sabia lo que me esperaba. Cogimos el camino, unos 3 km con una pendiente de 700m, la mochila, la bolsa con los cajetines de las perras y las perras. Berta estaba muerta, su respiración ya me preocupaba. Había puntos de la subida que la roca me llegaba por encima de mi cadera. Tenia que coger a Berta, subirla, subir la bolsa, la mochila y a mi misma.
El agua iba desapareciendo y mis ganas de llegar aumentaban. Conseguimos llegar hasta el final de la subida. El camino nos llevaba por un sitio y el gps por otro. Con un 10% de batería en el teléfono, decidí seguir el GPS y no hacer caso al camino.
Tuve que coger a Berta en brazos un tramo por que ya se tumbaba en la sombra sin querer andar. A la media hora llegamos al hotel.
El restaurante lo acababan de cerrar, por lo que no me daban nada de comida. Me di un baño con espuma para relajarme y salimos al pueblo a ver si me daban algo de comer.
Eran las 17;00h, pude preguntar en 8 sitios y en ningún lado me daban ni unas aceitunas para comer… hasta que encontré al Bar lo Indios. Me pusieron una tapa de jamón, un buen vino y fuet 😊 fue maravilloso, ¡pase super buena tarde!

Después de ese momento, volví al hotel a ver si me daban de cenar. El señor que me atendió fui increíblemente agradable con nosotras. Me pedí un cachopo y una copa de vino, estaba buenísimo pero no pude con el entero. Saqué a las perras y me fui a la cama.
Día 5: Begur – Madrid
Nos despertamos a las 8:00h y bajamos a desayunar. Abrían el desayuno a las 8:30h, estaba todo buenísimo y el sitio era súper agradable. Subimos a la habitación y a esperar al taxi que había reservado a las 9:30h para que me llevase a Sant Feliu de Guixols donde había dejado el coche. Tardamos 30 minutos y me cobró 65€, me pareció excesivamente caro pero prefería eso a cogerme un autobús con todos los trastos y las perras. Para los que queráis autobús tenéis que pasan por todos los pueblos.
Llegamos a Sant Feliu de Guixols y cogimos el coche dirección Barcelona. Había quedado con un amigo del trabajo para tomar algo y esperar a que llegasen los chicos del Blablacar. Salimos de Barcelona a las 13:00h, el viaje fue muy tranquilo. A las 18:00h habíamos llegado a Madrid.
El viaje había llegado a su fin y me sentía feliz y orgullosa de haberlo conseguido.
Para todos aquellos que os gusten las rutas, el mar y la montaña os animo a descubrir los rincones de este precioso camino por la Costa Brava.